miércoles, 6 de agosto de 2014

Guía sobre el ictus I: nombre, factores de riesgo y signos de alarma

Por contar con dos personas en mi familia que sufrieron un ictus, es un tema que me remueve especialmente. Cuando lo vives en primera persona, te das cuenta de las verdaderas barreras que se encuentran los pacientes y sus cuidadores; imaginaos la riqueza que supone para mí contar con el punto de vista del fisioterapeuta, del paciente y del cuidador al mismo tiempo.

Podría abordar mil cosas relacionadas con el paciente con ictus y su universo, pero en este caso quiero centrarme en una, probablemente la más sencilla para nosotros, pero no tanto para el paciente y su cuidador: me refiero al vocabulario técnico. Desde el momento en que el paciente entra por la puerta de urgencias, sus familiares son bombardeados con miles de términos médicos que definen lo que ha pasado, y es duro saber que tu familiar está luchando por su vida contra algo que no sabes ni pronunciar bien.

Así que os dejo en esta entrada la primera parte de un pequeño diccionario de términos habituales en el paciente con ictus, explicado de la forma más sencilla posible. En lugar de ordenarlo alfabéticamente, he preferido hacerlo cronológicamente, es decir, desde el momento en que aparecen los síntomas de alarma. No estarán todos los términos, no siempre será fácil adaptar el lenguaje, pero espero que os resulte útil, tanto a la persona que esté viviendo esta situación de forma más o menos directa, como a la persona que quiera saber un poco más.

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1. ¿Cómo se llama esta patología?

Hoy día se utilizan muchos nombres para referirnos a esta enfermedad: ictus, infarto cerebral, derrame cerebral, accidente vascular cerebral (o sus siglas AVC), accidente cerebrovascular...Todas, más o menos, se refieren a lo mismo, pero para ser lo más exacto posible, lo mejor es que utilicéis ictus o AVC, por ser las palabras más fáciles de recordar. No os preocupéis si, llegado el caso, no ponéis en pie lo que significan las siglas AVC, cualquier trabajador sanitario sabrá a qué os referís.



2. ¿Por qué ocurre?

Lo más habitual es que el ictus se dé en personas de mediana edad en adelante (a partir de los 50-60 años) que lleven un estilo de vida demasiado sedentario, al que se unen hábitos tóxicos para la salud y otras enfermedades que pueda tener la persona. Algunos aspectos que aumentan el riesgo de sufrir un ictus son:
  • La hipertensión. Mucho cuidado con los valores de tensión a partir de 12-8. Es interesante que las personas hipertensas tengan un aparato electrónico para medir la tensión en casa, y escribir un diario con los valores de tensión, para tenerla controlada. Pero por supuesto, si piensas que puedes tener hipertensión, o la tienes y crees que no está bien controlada, HABLA CON TU MÉDICO, ENFERMERO, FISIOTERAPEUTA O CUALQUIER PROFESIONAL SANITARIO; él sabrá decirte qué hacer para resolver tu problema.
  • Las alteraciones cardiovasculares. Se refiere a los problemas del corazón y del aparato circulatorio (venas, arterias).
  • El tabaco, el colesterol alto y el alcohol. Aumentan las probabilidades de tener hipertensión y alteraciones cardiovasculares.
  • Las drogas. Son muy peligrosas para la tensión y para el corazón, por no hablar de sus múltiples efectos perjudiciales: deterioran el cerebro, la memoria, alteran el estado de ánimo y el sueño...
  • La vida sedentaria. Hacer poco ejercicio, no salir a caminar con frecuencia, pasar muchas horas viendo la tele, ir en coche o autobús a sitios que se puede ir andando...Todo ello deteriora el cuerpo: los vasos sanguíneos se vuelven menos elásticos, el corazón pierde fuerza, el colesterol se acumula en la sangre, el oxígeno no llega bien a todas las partes del cuerpo (incluido el cerebro). No solo nos pone en riesgo de sufrir un ictus, también aumentan las probabilidades de sufrir muchas otras enfermedades: infartos, problemas respiratorios, obesidad...
  • La mala alimentación. Hoy día se consumen muchos alimentos que llevan grandes cantidades de sal, que en exceso aumenta la tensión. Además, una dieta que no sea equilibrada, unida a una vida sedentaria, aumenta el riesgo de obesidad y de deterioro del cuerpo.
Por desgracia, cada vez hay más personas jóvenes (30-40 años) que sufren ictus debido a estilos de vida demasiado tóxicos (drogas, alcohol...). Pero, en cualquier edad, un ictus es una tragedia por las consecuencias que trae: una larga rehabilitación y una pérdida de bienestar y de calidad de vida. Y lo que es peor, la mayoría de veces, los ictus se podrían evitar llevando un estilo de vida saludable: comer adecuadamente, hacer un poco de ejercicio (caminar todos los días 30 minutos a buen ritmo, por ejemplo), evitar las sustancias tóxicas y evitar el estrés en la medida de lo posible.



3. ¿Qué hago si sospecho que alguien está teniendo un ictus?

Cuando a una persona le da un ictus, suele darse cuenta de que algo no va bien. Es cierto que a veces ocurre mientras la persona duerme, pero incluso así es probable que se despierte porque no se encuentre bien.

Una forma sencilla de descartar si se trata de un ictus es comprobar tres cosas:

  1. Habla. Si es capaz de repetir, sin dificultad y de forma que se le entienda, una frase sencilla. Por ejemplo: "El cielo es azul".
  2. Brazo. Si es capaz de levantar los dos brazos, sin que ninguno caiga como si no tuviera fuerza.
  3. Cara. Si un lado de la cara está caído, impidiendo por ejemplo que sonría de forma simétrica.
Si aparece alguno de estos signos (no puede hablar bien, un brazo cae, o tiene la cara caída) llama urgentemente al 112 Emergencias y di que sospechas que la persona que está contigo está sufriendo un ictus, comentándole los signos que has observado.

El siguiente vídeo explica claramente cómo detectar estos signos:



~CONTINUARÁ EN LA ENTREGA NÚMERO II~


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